¿Cuáles son las grasas buenas que necesita nuestro cuerpo? Este es un artículo para derribar muchos mitos acerca de las grasas. Casi todos nosotros hemos crecido con la idea de que las grasas son malas, que hay que evitarlas a toda costa y que engordan horrible. Bueno, dejenme decirles que esto es una verdad distorsionada. En realidad las grasas no son malas, al menos no todas, y que a pesar de ser más calóricas que los carbohidratos y las proteínas, estas no son las causantes de la creciente epidemia de la obesidad.
La gran mentira de la nutrición
En los años 60 en los Estados Unidos salieron con una recomendación nutricional de evitar las grasas. La razón es que investigaciones habían demostrado de que las grasas eran las causantes de la arteroesclerosis, que es el taponamiento de las arterias. Le echaron la culpa a la grasa y al colesterol. Y obvio, también les echaron la culpa de la obesidad y un montón de enfermedades modernas más.
Además de eso, se delegó a la USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) la responsabilidad de crear los lineamientos nutricionales para alimentar a la población.
¿Y ustedes que creen que un departamente de agricultura va a recomendar nutricionalmente a la gente? Pues obviamente no lo que a las personas más les nutre, sino lo que es más barato de producir. Y así fue que surgió la famosa piramide alimenticia.
Ellos establecieron que la alimentación del ser humano debería basarse en un 70% en carbohidratos (40% de cereales, harinas, tuberculos… y un 30% de frutas y verduras) dejandole apenas un 15% de espacio a la proteína y un 10% a las grasas por allí detrás de la ambulancia.
Obviamente, ese consumo exagerado de carbohidratos fue con lo que nuestros padres crecieron y lo que a nosotros nos enseñaron que era «normal» pero no lo es. Estas son las tendencias en los últimos años después de que se dieron todos estos lineamientos en materia de nutrición.
La tasa de obesidad se ha duplicado y hasta triplicado en algunos paises, en especial en lo que conocemos como el mundo occidental, que es en el que vivimos.
¿Y que tiene que ver esto con las grasas?
Que a raíz de estos lineamientos nutricionales, comenzaron a surgir los alimentos «sin grasa», «bajos en grasa» o «light», a los cuales se les quitaba toda o parte de la grasa. Esto hace que el alimento no sepa igual, pierda el gusto y hasta la contextura, por lo que la industria alimentaria para mantenerlo apetecible y consistente ¿que hizo? Pues comenzó a rellenarlos con azúcar para mejorar su sabor y almidones para mejorar la textura (espesar).
En resumen, terminamos comiendo no solo un exceso de carbohidratos en harinas, sino que nos meten el azúcar por todos lados, yogures, quesos, embutidos, snacks y lo que menos te imagines. Por eso es que no basta solo con dejar el azúcar de mesa, hay que volver a lo natural, y revisar bien la lista de ingredientes de todo lo empacado que compramos.
Pero esto no es todo, recientemente se descubrió que aquellas investigaciones que culparon a la grasa de las enfermedades modernas, habían sido financiadas por nada más y nada menos que la industria azucarera. En pocas palabras, la industria azucarera sobornó para que no saliera a la luz en aquel entonces, que el azucar es la causante de la obesidad y las enfermedades modernas.
Obviamente, eso no quiere decir que no existan algunas grasas malas que debamos evitar, pero si que no toda la grasa es mala. La yema de huevo es excelente, el aguacate es super sano, el aceite de oliva es maravilloso.4
Y en resumen esa es la historia de cómo y por qué las pobres grasas terminaron siendo satanizadas por tantos años, tanto al punto de que la gente prefiere comprar productos sin grasa o bajos en grasa porque cree que es más saludable. Pero ya nosotros sabemos la verdad, y es que el verdadero enemigo y causante 100% de las enfermedades metabólicas modernas es el azúcar, en especial la fructosa. NO la grasa.
Sin embargo, eso no quiere decir que vamos a consumir grasa como locos, primero porque la grasa es mucho más calórica que los demás macronutrientes y segundo porque en efecto si existen grasas que son dañinas si se consumen en exceso o con frecuencia.
Las grasas malas:
Y ¿qué creen? Con respecto a las grasas malas también nos metieron gato por liebre, también nos engañó la industria. Durante años nos han hecho creer que los aceites vegetales son más saludables porque provienen de plantas. Pero la verdad es que esto es una gran gran mentira de la industria y de sus intereses económicos.
Si le dan a una organización que se encarga de la agricultura la potestad de dar lineamientos nutricionales ¿qué creen ustedes que van a recomedar? Si, hablo de la USDA. Así como nos vendieron una piramide alimenticia basada en su mayoría en granos y cereales, harinas y etc. Pues obviamente, porque ese es su negocio. Pues obviamente con la grasa no va a ser la excepción.
La industria alimenticia buscó sacar el mayor provecho económico a los cereales y granos, que es lo que producen, por lo que crearon los aceites vegetales: a base de soya, maiz, girasol, canola, etc.
Estos aceites son producidos usando un alto procesamiento fisico y químico de las semillas, granos y cereales mencionados. Recuerden que son materia prima barata, por lo tanto no esperen gran calidad. Se trata de aceites muy poco naturales, rancios, que no soportan altas temperaturas, por lo tanto al usarlos para cocinar se queman produciendo subproductos potencialmente nocivos para la salud a largo plazo.
Además, estos aceites tienen la particularidad de que son altos en omega 6. El cuerpo necesita omega 6 y también omega 3. El problema es que estos aceites vegetales son tan ampliamente usados en la industria alimenticia por su bajo costo, que el consumidor termina ingiriendo muchísima más cantidad de omega 6 con respecto al omega 3.
Antes de la industrialización de los alimentos en el siglo pasado, los científicos estiman que la proporción de grasas omega-6 y omega-3 en la dieta humana promediaba entre 1: 1 y 4: 1.2. Actualmente esa relación es 10:1 hasta 20:1. Se cree que el exceso de grasas omega-6 y la deficiencia de omega-3 en la dieta occidental están asociados con la mayor prevalencia actual de enfermedades crónicas e inflamatorias.
Estas enfermedades son: Obesidad, higado graso, enfermedades cardiovasculares, artritis, cancer, intestino irritable, incluso Alzheimer.
Entonces: Mi recomendación es eviten los aceites vegetales
En el pasado se publicaron estudios científicos que apoyaban el hecho de que supuestamente el aceite de canola era antiinflamatorio. En este estudio reciente (2020) eso se desmiente. n el se afirma que una dieta alta en carbohidratos es inflamatoria, y se evaluó el uso del aceite de canola como antiinflamatorio. El resultado indicó que el aceite de canola NO es antiinflamatorio como nos querían hacer creer.
¿Cuales son las grasas buenas que necesita nuestro cuerpo?
Las grasas son necesarias para muchos procesos de nuestro cuerpo, son indispensables para la salud hormonal, para la fertilidad e inclusive nuestro cerebro está hecho en su mayoría por materia grasa. Las mejores grasas para consumir son las GRASAS NATURALES, lo menos procesadas posible.
Las podemos encontrar en: El aguacate o palta Las nueces, frutos secos Algunas semillas como la linaza, chia. Las aceitunas La yema de huevo La carne roja La tocineta Algunos pescados como salmón y sardinas La mantequilla, crema de leche, yogurt, leche completa. Aceite de oliva Aceite de coco Aceite de aguacate Guee o mantequilla clarificada Piel de aves (pollo, pato, etc).
Estas son las grasas que al menos yo les recomiendo consumir, con moderación, por supuesto, cómo todo. Recordando que son bastante calóricas.
Detallemos algunas de ellas:
Aceite de oliva:
Extra Virgen o no, es ideal para aderezos y para preparaciones calientes. Se ha roto el mito de que se quema cuando se calienta.
Aceite de coco:
El aceite de coco lo venden sin refinar y refinado. El que es sin refinar, virgen, tiene un gusto a coco y yo lo recomiendo para postres o pancakes. El que es refinado le han quitado el sabor a coco y no tiene sabor, lo recomiendo para todo tipo de preparación.
Ghee o mantequilla clarificada:
Es deliciosa y excelente para cocinar y aparte tiene muchos nutrientes.
Aceite de aguacate:
Se puede usar tanto frío en aderezos como para cocinar. Es un producto relativamente nuevo, falta un largo camino por recorrer en cuanto a la investigación con el, pero por ahora pinta bien.
Grasa de pato:
Una grasa natural que es ideal para cocinar platos salados, les da muy buen gusto y resiste altas temperaturas por lo que sirve para freír u hornear.
Sebo proveniente de vacas alimentadas con pasto:
Esta grasa es ideal para freír y otras preparaciones que usan muy altas temperaturas, no se oxida ni se quema, resiste altas temperaturas y da muy buen gusto.
Quizás les haga ruido estas opciones, en especial las dos ultimas que son grasa animal. Pero es porque han sido satanizadas en los últimos años. Pero mi gente, con estas grasas animales, sebos, es que se cocinaba antes, en la época de nuestras abuelas, bisabuelos y tatarabuelos. Es una grasa natural, que NO se quema y no produce compuestos químicos nocivos. Nada que ver con los aceites procesados rancios que nos han vendido en los últimos años y que son altamente inflamatorios.
Volver a las raíces y a lo natural es necesario.
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