La leche de sésamo fue la primera leche vegetal que me atreví a hacer en casa, por allá por el año 2014, buscando reducir mi ingesta de lácteos. Desde entonces he descubierto los muchos beneficios de las leches vegetales obtenidas a partir de semillas oleaginosas y cereales, además se ser muy fáciles de hacer en casa, y ser totalmente aptas para los intolerantes a la lactosa.
No quiero ser controversial, pero llegué a leer varios artículos interesantes acerca de porqué no tomar lácteos, y porqué preferir las leches vegetales. No es un asunto de moda o veganismo, no se trata de un cliché, es simplemente cuestión de salud.
La leche de vaca ha sido relacionada con aumentar el riesgo de padecer enfermedades tales como: alergias, acné, obesidad, colesterol, diabetes y ciertos tipos de cáncer, ya que contiene toxinas, grasa, antibióticos, azúcares (lactosa) y hormonas que no hacen bien al cuerpo humano. Es decir, la leche de vaca es buena, pero para los terneros, que es para la cual fue diseñada.
En vista de esto y de lo acostumbrados que estamos a usarla, surgen nuevas alternativas para sustituirla, tales como las leches vegetales. Hasta ahora las mas conocidas son la leche de almendras, avellanas, sésamo o ajonjolí, semillas de girasol, arroz, avena, entre otras.
El sésamo o ajonjolí es una opción barata, así que conseguí un buen grano del mismo y me aventuré a comprarlo.
La preparación es sumamente sencilla, más de lo que hubiera imaginado. A continuación les explico paso a paso de manera tal que sea lo más claro posible y no haya perdida.
Receta de Leche de Sésamo casera
Ingredientes:
1 taza de semillas de ajonjolí o sésamo
5 tazas de agua
1 cda de stevia
1 cda de esencia de vainilla.
Preparación:
En un vaso o recipiente, colocar las semillas de ajonjolí limpias, agregar una taza de agua, o la cantidad suficiente hasta cubrir todas las semillas con el líquido.
Dejar reposar por 10 – 24 horas en la nevera, de esta manera se ablandarán las semillas, facilitando su molienda para la elaboración de la leche.
Una vez transcurrido el período de ablandamiento, escurrir toda el agua de las semillas (sin presionarlas para exprimirlas).
En una licuadora, colocar las semillas mojadas con las 4 tazas de agua restantes. En este paso, añadir (si se desea) la stevia y la esencia de vainilla. Algunas personas también le añaden una pizca de sal, es al gusto de cada quien.
Licuar las semillas con el agua por espacio de 2 minutos o hasta observar un aspecto bastante lechoso, similar al de la leche de vaca.
Utilizando un colador de tela, colar la mezcla licuada para separar las semillas molidas de la leche. En esta oportunidad si conviene exprimir muy bien el colador durante el proceso, de manera de sacar toda la leche posible.
Envasar la leche en un recipiente cerrado y refrigerar.
Puede durar cuatro días en la nevera.
La pulpa resultante del colado, puede guardarse también en la nevera para usarse posteriormente para elaborar harina o queso de ajonjolí.
La leche de sésamo es muy ligera y deliciosa. Su sabor puede parecer un poco diferente a las demás, ya que despide un ligero sabor a sésamo, naturalmente. Sin embargo, para disimularlo, puedes utilizar si gustas, miel, más stevia, vainilla, canela o cualquier saborizante o endulzante natural.
La leche de sésamo o ajonjolí es una excelente base para smoothies, batidos con proteína, sopas, cremas, avena cocida, panquecas e incluso puede usarse para la elaboración de postres.